
Del siglo XIX al siglo XXI.
El 5 de mayo y su simbolismo actual binacional, multinacional.
El viento que conduce los significados de la gesta heroica de la Batalla del 5 de Mayo, en Puebla, llegan hasta nosotros no únicamente como un eco del pasado, sino como un conjunto de símbolos de espíritu sincrético, de fuerza ancestral fusionada con la contemporaneidad, de independencia, de dignidad, de defensa de la soberanía, y de lucha contra el opresor.
Se trata de la principal celebración popular que conmemora la población mexicana en los EEUU, ha dado identidad a la mexicanidad vinculando fuertemente a los mexicanos que ya residen allí con los nuevos migrantes.
Celebración compartida por la comunidad latinoamericana migrante, que llega a ser confundida con la Independencia de México.
Celebración a la que también le ha sumado la celebración del Día del Orgullo Latino. A fin de cuentas, en el fondo, los orígenes, los motivos de las movilizaciones, y las metas de los chinacos y de los chicanos no son tan diferentes.
Todo esto no es casual, tiene su propia historia, el 5 de mayo de 1867, un grupo de mexicanos celebró esa victoria en Texas, lugar donde nació Ignacio Zaragoza, 16 años antes que Texas fuera anexado como parte de Estados Unidos.
Esta celebración, con el paso del tiempo y con una lógica histórica, fue enraizándose paulatinamente entre quienes vivían en los estados que pertenecieron a México.
En 1930, el consulado mexicano en Los Ángeles realizó una celebración de esta fecha, lo cual le dio carácter oficial, efectuándose los festivales más importantes en ciudades como Los Ángeles, Chicago y Houston.
El Movimiento Chicano, ya desde la década de 1960 reafirmando su orgullo cultural, resistencia y lucha por los derechos civiles, adoptó el 5 de mayo como uno de sus símbolos para reivindicar la identidad bicultural de los mexicanos nacidos o criados en EEUU., destacando su herencia indígena, mestiza y su experiencia única en la diáspora.
La victoria mexicana en la Batalla de Puebla se ha convertido así en tierra estadounidense en un estandarte de lucha tanto nuestros connacionales migrantes como para latinoamericanos y otros que sufren vejaciones e injusticias por el simple hecho de su origen étnico y de ser minorías.
Resuenan así, hoy en día y con gran potencia, esos ecos tan necesarios para México y los Estados Unidos, de vinculación hermanada de los ideales de Benito Juárez y Abraham Lincoln, que finalmente condujeron al triunfo a México durante la Segunda Intervención Francesa, y que también aseguró la soberanía de nuestro país vecino.
Acerca del autor

Rodolfo Ondarza Riovira
Rodolfo Ondarza Riovira*. Neurocirujano, activista en defensa de DDHH, Presidente de la Comisión de Salud durante la VI Legislatura de la ALDF, por mayoría relativa del Partido del Trabajo, México. Periodista. Miembro de la Academia de Geopolítica y Estrategia. Ex Candidato a la presidencia de la CNDH.