«Joe Biden está controlado por extremistas ambientalistas que están tratando de implementar la agenda energética más radical de la historia y obligar a los estadounidenses a comprar vehículos eléctricos que no pueden pagar”
RACHEL FRAZIN Y BRETT SAMUELS. “Trump pide a las grandes petroleras mil millones de dólares en efectivo para su campaña” THE HILL.
Vamos a analizar desde la visión de una nueva geopolítica, el significado de la alianza geopolítica de Trump con los dirigentes de la industria petrolera de los Estados Unidos. El objetivo inmediato de la alianza es la derrota total de Biden en las elecciones presidenciales de noviembre de 2024.
La estrategia por el triunfo absoluto de Trump contra Biden, suma al candidato independiente Robert Kennedy con la alianza geopolítica de la poderosa industria petrolera. Trump persigue un doble objetivo: a) alcanzar una derrota total de los demócratas de Biden y, b) relanzar la economía.
Es importante conceptualizar que el petróleo no es una mercancía, no es un commoditie. El petróleo es un arma de guerra. La importancia estratégica del petróleo destaca como causa de la primera y segunda guerra mundial. A México la riqueza petrolera le causó el asesinato de tres presidentes, Madero, Carranza y Obregón.
El petróleo es geoestratégico, produce reconversiones tecnológicas, industriales y en el armamento. Es el factor del cambio en la marina de guerra norteamericana y mercante a principios del siglo pasado con el paso de las máquinas de vapor a máquinas de gasolina y diesel. Los petrolíferos y su dominio, impulsan a Norteamérica como potencia tras la segunda guerra mundial.
La estrategia geopolítica energética de Trump, se dirige a rescatar a los Estados Unidos de la guerra civil híbrida de Biden y su Estado profundo. Trump va a retomar, entre otras medidas sensatas, el impulso económico social que proporcionan los motores de combustión interna, MCI, a contraposición de los motores eléctricos. Los MCI son esenciales en la industria, los servicios y el comercio. Los vehículos, barcos, buques, aviones y trenes, se mueven con motores que emplean gasolina y diesel. La agricultura y la pesca dependen del diesel. En Alemania el primer tren de hidrógeno, fue retirado por incosteable.
“Si bien los trenes impulsados por hidrógeno prometían ser una alternativa de cero emisiones, la practicidad y la rentabilidad de los trenes eléctricos a batería han surgido como factores más convincentes en el proceso de toma de decisiones…Este cambio refleja la naturaleza en constante evolución de la tecnología y la necesidad de equilibrar los objetivos ambientales con las consideraciones económicas”.(1)
Ojalá y las candidatas presidenciales y sus asesores, comprendan, negocien y actúen conforme la estrategia energética del futuro presidente, Trump. Por supuesto que si se aprueba el TMEC su componente estratégico será el petróleo. Ante un nuevo ciclo de déficit solar, quien gobierne deberá tomar decisiones estratégicas a favor de la energía eléctrica atómica. Para ello será necesaria una negociación con Trump basada en el nuevo paradigma del cambio energético.
La industria automotriz norteamericana y mundial con motores de combustión que protejan el medio ambiente y al alcance trabajadores y clases medias, tendrán un vehículo acorde a sus necesidades de status y transporte. La estrategia de reconversión energética tendrá que esperar a un nuevo ciclo económico impulsado por la energía atómica.
El desastre económico de la UE es el mejor ejemplo de la energía verde, y lo peor, el avance neonazi-fascista. Las locuras de gobernantes que desafían una guerra nuclear. Macrón no tiene la estatura de Napoleón para enfrentar a Rusia. Hitler perdió la guerra contra Stalin. La falta de energía enloquece.
La estrategia de alianzas de Trump, ya cuenta con una poderosa alianza de los republicanos Maga con la coalición étnica religiosa y generacional. Destacamos el voto estratégico de los mexicanos americanos para que Trump venza a Biden sin ninguna duda.
La coalición étnica y generacional, está integrada por mexicanos norteamericanos y mexicanos migrantes, latinos, afroamericanos, árabes cristianos y musulmanes y asiáticos; la clase trabajadora sindicalizada blanca, ahora es republicana, han migrado por la pésima política económica de Biden.
La fortaleza del triunfo presidencial de Trump, se ha construido con un sistema de alianzas que ahora incluye a la industria petrolera, perseguida por el presidente Biden a pesar de su enorme aportación como la primera potencia energética mundial. Por ello la alianza Trump con la industria energética petrolera representa una fortaleza dirigida a contener al golpe electoral, como frenar la amenaza del golpe electoral y desatar la guerra civil híbrida. Instrumentos de Biden para mantenerse en el poder y no los resultados electorales.
La estrategia de alianzas creará una nueva y amplia base social y política que llevará sin contratiempos a Trump a la Casa Blanca, con el fin de trabajar intensamente desde el primer día para reubicar y conducir a los Estados Unidos en el cambio geopolítico del mundo con una nueva estrategia energética. Veamos.
Trump desde el primer día en la Casa Blanca anulará la ilegal prohibición de Biden de exportación de gas natural licuado, GNL y en general los decretos de Biden contra la industria petrolera y del gas.
1) La orden ejecutiva 2008; 2) el Consejo Inter agencial de Justicia Ambiental, IAC, y 3) y la Iniciativa Justice 40. Se trata de una serie de tácticas para crear una base social contra la industria energética petrolera. “…el presidente Biden firmó la Orden Ejecutiva 14008 sobre cómo abordar la crisis climática en el país y en el exterior, lanzando la agenda de justicia ambiental más ambiciosa jamás emprendida por el gobierno federal.” (2)
Los trabajadores de la industria petrolera que han perdido sus puestos de trabajo, los han transferido a la producción de energía “verde”. Como la industria petrolera tiene salarios más elevados, cientos de trabajadores se han visto obligados a trabajar por menos ingreso. La consecuencia es el consumo de metanfetaminas, que ha disparado la oferta en 50 estados de la Unión Americana. Biden envenena a la clase trabajadora.
Biden encabeza un doble frente de guerra híbrida contra la energía basada en los petrolíferos. La alternativa son los negocios verdes de Black Rock, integrante del gobierno de Biden. La prohibición de Biden a la exportación de gas natural licuado, GNL, es un arma de guerra interna contra la industria petrolera aliada a los republicanos de Trump; la guerra energética híbrida externa de Biden, impone sanciones militares económicas a la exportación de gas y petróleo de Rusia, Irán y Venezuela.
La prohibición de exportar gas GNL es guerra energética contra el estado republicano de Texas que encabeza la lucha contra la migración auspiciada por Biden y el secretario de seguridad, Mayorkas. “Texas, junto con Luisiana y otros catorce estados, ha presentado la acción legal para anular la prohibición inconstitucional de exportación de GNL… Texas es el principal productor nacional de petróleo crudo y gas natural. La prohibición de la Administración Biden perjudicará a la economía de Texas y a los millones de personas que dependen de la energía de Texas. «El decreto unilateral de Biden… perturba la economía de Texas y subvierte nuestra estructura constitucional dice el Procurador General Paxton. «La prohibición alejará miles de millones de dólares en inversiones de Texas, obstaculiza nuestra capacidad de maximizar los ingresos para las escuelas públicas, obligará a los productores de Texas a quemar el exceso de gas natural en lugar de llevarlo al mercado, y aniquilará empleos críticos. No me quedaré de brazos cruzados mientras Biden ataca a Texas». (3)
Los supuestos del cambio climático de Biden y los demócratas, son un negocio del fondo de inversión Black Rock. Los negocios de la inversión verde, sirven de justificación ideológica a la política genocida energética “verde” que se practica a escala planetaria. El mejor ejemplo es el genocidio de los palestinos, copatrocinada por los sionistas Biden-Netanyahu.
La alianza estratégica de Trump con la industria energética norteamericana, se dirige a finiquitar la economía de Guerra de Biden y su sustento regulatorio “verde”. Biden ha destrozado con su economía de guerra energética verde, la industria y la producción norteamericana, ha frenado el avance tecnológico norteamericano, y sus aliados de la UE.
Lo más grave, Biden ha destrozado la economía familiar y el consumo de los norteamericanos, agravado por la actuación de la FED que genera inflación y frena el crecimiento económico. El proyecto de Gobierno de Trump
La clase trabajadora norteamericana, afectada en su bolsillo por la estrategia regulatoria contra la energía fósil y la industria, va a votar por Trump. Los trabajadores blancos han migrado del partido demócrata el republicano. Los trabajadores blancos sindicalizados, se han sumado a la coalición étnica religiosa de mexicanos norteamericanos, latinos, afroamericanos y árabes musulmanes y cristianos, a favor de Trump.
La nueva agenda ambiental de Trump va a darle cristiana sepultura a la estrategia de Biden contra los autos de gasolina. “»El mandato de vehículos eléctricos de Joe Biden acabará con la industria automotriz estadounidense y acabará con innumerables empleos sindicales de trabajadores automotrices para siempre, especialmente en Michigan y el Medio Oeste…Trump concluye… “No existe nada parecido a una ‘transición justa’ hacia la destrucción de los medios de vida de estos trabajadores y la destrucción de esta preciada industria estadounidense». (4)
Los petroleros norteamericanos son los mayores enemigos políticos de Biden y de su estrategia de economía de guerra verde. La alianza Trump con los petroleros, permitirá avanzar en el cambio geopolítico energético de Estados Unidos. El cambio energético en la UE y los países del Sur vendrá pronto, para salir de la parálisis y la inflación. Hay que abrir paso a la paz, cerrar el ciclo de la muerte.
Rodolfo Sanchez Mena
Presidente de la Academia de Geopolítica y Estrategia de la Sociedad Mexicana de Geografia y Estadistica. Analista geopolítico, ha escrito sobre geopolítica en medios de Francia, Venezuela y Rusia.