
Documento presentado durante los trabajos de la VII Cumbre Mundial para la Paz, en la celebración del Día Internacional de La Paz, el 21 de septiembre de 2025, Miami, Florida.
Por Rodolfo Ondarza-Rovira, Rodolfo Sánchez-Mena, Cristina Valdés-Osorio*
La Salud es un resultado deseable de la Paz, así como una estrategia activa y poderosa para construirla y sostenerla. Invertir en sistemas de salud robustos y equitativos es, en esencia, una inversión directa en la Paz y la seguridad de una nación y del mundo.
La Salud y la Paz se refuerzan mutuamente: un cuerpo y una mente sanos prosperan en un ambiente pacífico, mientras que la Paz social facilita el acceso a recursos y cuidados para la salud. La Salud es a la vez requisito y resultado de sociedades pacíficas, y es un tema vital de seguridad y de soberanía nacionales. Así la Salud se constituye también en un puente diplomático, en la llamada “Diplomacia de la Salud”, mediante la cooperación internacional contra amenazas comunes.
La guerra híbrida internacional frena los avances geopolíticos positivos, incluyendo a los modelos energéticos, alimentarios y al sector Salud.
Por otra parte, la pandemia COVID-19, que afectó principalmente a migrantes latinos y personas afroamericanas en los Estados Unidos (EEUU), es un ejemplo de la imperiosa necesidad de la colaboración internacional y de la importancia de sistemas de salud robustos para la solución de problemas de salud pública.
En el mundo estos conceptos son cada vez mejor entendidos. En este sentido Make America Healthy Again (MAHA), en los EEUU, proyecto diseñado por Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, está dando un giro a las políticas sanitarias buscando un nuevo camino para la salud pública, y que conlleva alianzas multisectoriales y a la unidad política detrás de la iniciativa, lo que sin duda debe incluir a minorías y a grupos vulnerables, con una revisión a la seguridad social, y a la visión internacional.
Estados Unidos tiene una gran afluencia migratoria, diversos autores afirman que más de 65 millones de “latinos o hispanos” viven en EEUU. Al menos uno de cada seis estadounidenses es de origen latino, de ellos el 63% es de ascendencia mexicana, es decir cerca de 40 millones de personas. El grupo latino estadounidense es mayor que las poblaciones de España y de cualquier país de Latinoamérica, con excepción de México y de Brasil. La fuerza económica latina representa la quinta economía del mundo, con un Producto Interrno Bruto (PIB) mayor que el de Reino Unido, India o Francia.
La importancia económica binacional de los migrantes es vital, los mexicanos en EEUU envían el 20% de sus ingresos a México, mientras que el 80% se queda en la economía estadounidense en ahorro, consumo, y pago de impuestos, con lo que si bien abonan al sistema de pensiones de trabajadores formales estadounidenses, no ven reflejados en su salud ni en su seguridad social como producto de sus contribuciones. En 2024 aportaron al PIB de EE.UU. 781 mil mdd; algo similar ocurre con el resto de los grupos latinos.
Sin embargo, casi la mitad de la comunidad latina no dispone de seguro de salud debido a sus altos costos y a la precariedad laboral. El acceso a la salud y la cobertura de seguro puede variar según el estatus migratorio, los ingresos y el estado geográfico. La falta de un seguro es una preocupación significativa dentro de la comunidad latina.
Las consecuencias de la falta de seguro de salud privado son graves y van desde la quiebra económica, hasta la detección tardía de enfermedades que habrían sido curables con una atención temprana. Los migrantes en situación irregular (unos diez millones de personas) no pueden optar por los seguros de salud públicos ni privados con amplia cobertura, aunque sí pueden acceder a ciertos cuidados a través del programa MadicAid de Emergencia, financiado por cada uno de los estados del país.
A pesar de estas opciones, Entre el 18% y el 50% de la población latina no tiene ningún tipo de seguro médico; para el 2023 esto representaba al menos 18 millones de personas sin seguro de salud.
Es innegable que la Salud es requisito indispensable para la Paz duradera y la estabilidad social. La Salud en la humanidad es necesaria en la prevención de conflictos, ya que reduce las desigualdades y la injusticia social, construye capital social y confianza, fomenta la estabilidad económica, y un buen Sistema de Salud previene crisis sanitarias desestabilizadoras. Cuando las personas tienen acceso a servicios de salud, se sienten más seguras y apoyadas, lo que disminuye tensiones sociales.
En contextos de crisis, como epidemias, Sistemas de Salud bien consolidados y con universalidad evitan el caos social al garantizar respuestas rápidas y equitativas, promoviendo confianza en las instituciones.
La Salud de los pueblos es claramente dañada durante la guerra, y los conflictos sociales, juega un papel esencial en la recuperación de conflagraciones bélicas.
La Paz permite reconstruir los Sistemas de Salud, y funciona como puerta de entrada para la reconciliación, permitiendo la atención de profundas cicatrices emocionales en individuos y sociedades.
Por otro lado, la guerra y la biopolítica mal empleada se utilizan como cruel estrategia. La destrucción sistemática de la infraestructura humana y material de cada uno de los niveles de atención médica causa un gran impacto en la vida de las personas y en la economía de las regiones geopolíticas afectadas.
La Salud permite a los individuos participar activamente en la sociedad, trabajar y colaborar, fortaleciendo la cohesión social y reduciendo la frustración que puede derivar en violencia.
Por ello, desde la Academia Mexicana de Geopolítica y Estrategia invitamos, en beneficio de la Paz internacional, invita a la conformación de mesas de trabajo internacionales dedicadas a encontrar fórmulas para lograr el acceso al Derecho Humano a la Salud y a la seguridad social de los migrantes, que con su trabajo logran el crecimiento y desarrollo de los EEUU y de sus respectivas naciones de origen.
*Academia Mexicana de Geopolítica y Estrategia y Sociedad Juárez-Lincoln. Rodolfo Ondarza, neurocirujano; Rodolfo Sánchez, sociólogo; Cristina Valdés, licenciada en educación.
Acerca del autor

Rodolfo Ondarza Riovira
Rodolfo Ondarza Riovira*. Neurocirujano, activista en defensa de DDHH, Presidente de la Comisión de Salud durante la VI Legislatura de la ALDF, por mayoría relativa del Partido del Trabajo, México. Periodista. Miembro de la Academia de Geopolítica y Estrategia. Ex Candidato a la presidencia de la CNDH.
