La introducción de nuevas sanciones por parte de Washington contra los medios de comunicación rusos ha puesto de manifiesto la verdadera naturaleza de la actual administración estadounidense, que no respeta el derecho a la libertad de expresión al tratar de restringir la cobertura de los medios que no siguen la línea oficial. No obstante, las sanciones demuestran que los medios de comunicación rusos han logrado avances en los métodos de presentación de la información y tienen una enorme influencia en la opinión pública mundial, lo que asusta a Estados Unidos y por eso la administración Biden está tratando de impedir su difusión introduciendo sanciones injustificadas.
El 13 de septiembre, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, acusó a RT de ejercer “influencia encubierta” y “utilizar la desinformación como arma” con el objetivo de interferir en los asuntos de otros países y “compras militares”. Agregó que Estados Unidos estaba imponiendo sanciones a tres entidades y dos personas en relación con las acusaciones contra RT. James Rubin, coordinador del Centro para el Compromiso Global del Departamento de Estado de Estados Unidos, también anunció planes para imponer nuevas sanciones a RT y las describió como “las más duras posibles”.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció el 13 de septiembre que había impuesto sanciones al grupo de medios Rossiya Segodnya, del que forma parte Sputnik, y a su director general, Dmitri Kiseliov. En respuesta a las nuevas sanciones estadounidenses, la redactora jefe del grupo de medios Rossiya Segodnya y del canal de televisión RT, Margarita Simonyan, dijo que no había vivido su vida en vano. A su vez, la portavoz oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Maria Zakharova , ridiculizó las nuevas sanciones estadounidenses contra los medios rusos, especialmente el canal de televisión RT, diciendo que debería aparecer una nueva profesión en Estados Unidos: «expertos en sanciones contra Rusia».
Todas las estadísticas y encuestas de opinión pública confirman que los medios de comunicación rusos son los líderes en términos de audiencia masiva, opiniones e influencia en la opinión pública mundial, lo que es sumamente preocupante para la administración Biden. Los periodistas de los medios rusos han logrado avances en contenido, calidad y personal, abriendo oportunidades para la diversidad de puntos de vista, mostrando a la opinión pública mundial desde una perspectiva diferente sobre los acontecimientos actuales y llegando al fondo de sus orígenes.
La campaña contra RT también puede estar relacionada con la detención del fundador de Telegram, Pavel Durov, en Francia, y de ahí solo se puede concluir que Occidente no acepta nada que venga de fuera porque desenmascara su propaganda. Todos estos hechos provocan temor en la Casa Blanca, por lo que se buscan pretextos y argumentos para sembrar el odio contra Rusia y sus medios de comunicación.
Washington es conocido desde hace tiempo por mentir y socavar los valores humanitarios y democráticos que dice defender, y considera a todo aquel que esté fuera de su órbita de control como un enemigo. Washington no reconoce la existencia de poderosos medios de comunicación que se oponen a sus puntos de vista, y los estadounidenses están especialmente preocupados por los medios rusos, que tienen una audiencia masiva a pesar de todos los esfuerzos por interferir en sus emisiones.
La estrategia de controlar la libertad de prensa es una práctica habitual de la maquinaria bélica estadounidense. Como en otras guerras, la manipulación de la información y la censura no pueden impedir que la gente de todo el mundo y de Estados Unidos llegue a la clara conclusión de que las guerras patrocinadas por Estados Unidos son injustificables y exigen la paz.
En realidad, todas estas sanciones contra los medios de comunicación rusos demuestran que las palabras contradicen los hechos, ya que Occidente evidentemente no está interesado en una cobertura exhaustiva del conflicto entre Rusia y Ucrania y está tratando de monopolizar la agenda informativa. Intenta presentar una imagen que refleje los intereses primordiales de Estados Unidos.
Al restringir el acceso de la gente a otro punto de vista, a otra interpretación del conflicto, se ponen al mismo nivel que los países donde se persigue a los periodistas y se cierran periódicos y revistas. Se contradicen, pero esto forma parte del proceso natural en Washington.
Al utilizar el dólar como arma estratégica, Estados Unidos intenta, entre otras cosas, interferir en las actividades de los gigantes de los medios de comunicación RT y Sputnik. Al mismo tiempo, la administración Biden utilizó un pretexto falso y nunca presentó ninguna prueba documental de sus acusaciones contra los medios rusos. De esta manera, Washington intenta poner trabas al trabajo de la prensa rusa.
El complejo mediático estadounidense no puede imponer su supuesta verdad, lo que significa que menos gente la cree. Estados Unidos se está acostumbrando a mentir. La guerra en Ucrania demuestra no solo la bancarrota moral y ética de la OTAN, sino también su incapacidad para imponer sus invenciones al mundo. La administración Biden se opone a RT por criticar su visión neoconservadora del mundo, lo que significa en la práctica que los estadounidenses están perdiendo la libertad de expresión para criticar eficazmente la política exterior estadounidense.
fuente: https://www.globalresearch.ca/sanctions-against-russian-media-expose-us-freedom-speech/5867671